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sábado, 14 de julio de 2012

Contrabando en el aeropuerto.


Atrás quedaron las drogas.

“No podía ser cosa del bocadillo”.

La subida de impuestos y los recortes del gobierno han conseguido un resultado muy extraño en territorio español, sobre todo extraño porque nadie lo había imaginado nunca, ni siquiera soñado.
Fue ayer cuando detuvieron en Barajas a un par de viajeros extraños, que venían del extranjero. Se trataba de dos hombres jóvenes de aspecto “pobre” según nos han comentado los agentes. “El tipo de persona que los traficantes cogen a modo de muleros para llevar sus drogas, normalmente en el estómago, para entrarla en el país”.
Pero lo que Micaelo y Faustino llevaban en el estómago no era droga, ni clase alguna de estupefaciente. “Nosotros los vimos con muy mala cara, incluso yo les pregunté eso de ¿pero qué os pasa?, tenéis la misma cara que si os hubierais tragado un lavabo”.
Acababan de tomar tierra después de una semana en República Dominicana, lo cual, unido al aspecto que tenían los dos, daba que pensar. “Lo que hicimos fue llevarlos aparte y hacerles algunas preguntas, a ver si admitían llevar droga. Una vez que lo negaron, los llevamos para verlos a través de los rayos X, y así comprobar si llevaban o no droga en el estómago” nos explica uno de los agentes.
La sorpresa llegó cuando, durante la comprobación por rayos X, los agentes repararon en que no llevaban droga, pero sí llevaban algo en su estómago que no debía estar ahí. “Ellos insistían en que era cosa del bocadillo que les habían dado en el avión, pero claro, viajaban con Ryanair, así que lo de bocadillo… difícil lo veía yo”.
Efectivamente, el contenido del estómago de Micaelo y Faustino no dejaba lugar a dudas. Micaelo llevaba en el estómago lo que parecía una estantería de madera desmontada “con los tornillos y las instrucciones. Todo envuelto en plásticos para evitar que los jugos gástricos dañasen la madera”. Por otro lado, Faustino llevaba en el interior de su estómago una amplia selección de películas recién salidas en formato Bluray “originales, en sus cajas y precintadas, además de varios reproductores para el mercado negro”.

“Parecía un armario”.

“Parece ser que todo esto forma parte de una organización que consigue elementos a bajo precio en el extranjero y lo traen a España, siguiendo la técnica de la droga, para venderlos a un coste superior al original, pero inferior al brutal precio que nos impone el IVA”.
Al parecer Faustino traía en su estómago una caja de madera con al menos, 70 películas en Bluray, que en tiendas alcanzaría el valor de, aproximadamente, 1750 €, dejando a un lado los 4 reproductores, todo bien envuelto en plástico, que en las calles saldría a la venta por, aproximadamente, 10 € cada película, siendo un negocio redondo para los traficantes”.
La avalancha de productos embutidos en estómagos humanos parece ser la causa de que un pasajero del mismo vuelo apareciera muerto en su asiento. “El señor siempre había medido 1.68, pero en su asiento medía 2.30 y parecía un armario. La autopsia desveló que realmente llevaba un armario en su interior, lleno de artículos para su venta en España libres de impuestos”.
El gobierno ha empezado una agresiva campaña en la que los médicos hablan de los peligros de esta práctica: “Si la protección que llevan para evitar el contacto con los productos se corroe por los ácidos del estómago, el producto podría ser dañado, y bajaría su valor, además de que posiblemente todo sea tóxico”.
El perfil de estas personas informa que son hombres que ya han pasado por cárceles españolas con anterioridad. “Lo más gracioso fue cuando le dijimos a los dos presos que vaciaran el contenido de sus estómagos y se fueron al baño. Todavía intentamos entender cómo pudieron sacarse aquello del cuerpo, pero parece que al menos a uno de ellos se le cayó en varias ocasiones el jabón en la ducha durante una condena anterior”.
Micaelo se enfrenta a unos 6 años por un delito contra la salud pública, mientras que el de Faustino podría ser mayor “porque llevaba un paquete de tabaco”.
Seguiremos informando.

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