Atención, la redacción de Ex – Mundo advierte: Este piriódico no es apto para su lectura durante la conducción de maquinaria pesada, vehículos por autovía, durante la ingestión de alimentos sólidos o en situaciones de peligro extremo. Con este aviso deseamos evitar más muertes, gracias por su atención.

domingo, 8 de abril de 2012

Cambio de vida.

Cambio radical.

“¿Queréis tocarlas?, vamos, tocad”.

Cuando Francisco recibió su vigésimo octava patada en el trasero, patada literal, que todavía tiene las marcas de las herraduras del entrevistador en el trasero, tomó una decisión vital para su futuro.
“Estaba harto de todo eso de que me echaran del lugar por mi aspecto, porque soy muy serio y tirando a feo” nos explica Francisco, orgulloso con su nueva adquisición.
Y es que cuando se hartó de las patadas, Francisco llegó a una firme idea que ha cumplido, Francisco se ha puesto tetas “nada del otro mundo, una talla 90, lo justo para que asomen como si saludaran pero para que quepan en una mano de manera aceptable” nos relata, mostrándonos su escote mientras nos sirve un poco de café, “¿Queréis tocarlas? Vamos, tocad”.
Y tocamos, tocamos como si no hubiera nada mejor que hacer, sorprendidos gratamente por el tacto y el sonidillo que arrancamos de cada teta con un delicado apretón “Sí, me hice poner un pito, para que sonara con cada apretón. Como soy soltero, los vecinos dan quejas de que todas las noches se escucha muy fuerte por todo el bloque” nos explica.
La sensación de ver a un tipo de 147 Kg y 1.83 de altura, barbudo y de aspecto basto tirando a feo, con una par de perfectos pechos que cumplen el sueño de todo hombre con un agradable sonido de pito que suena a gloria y bendición con cada apretón que le damos, es realmente contradictoria, pero no podemos apartar las manos de esos perfectos pechos que la ciencia médica le ha dado.
“No es silicona ni nada, es todo mío” nos relata con alegría. Usando la técnica de extrapolación de pares diferenciales, un doctor de Cuenca ha logrado que el crecimiento del seno de Francisco fuese natural y acelerado, consiguiendo el pecho con varios tratamientos “a muy buen precio”.

A la Iglesia no le gusta.

“Me voy a cambiar el sexo del todo porque me va muy bien con los pechos, y como la tengo pequeña el doctor dice que no hay que pasar por quirófano, que con una pomada para granos en dos semanas se cae sola” nos comenta, emocionado ante las perspectivas de una vida nueva.
Desde que tiene los nuevos pechos, Francisco afirma que lo han llamado de varios lugares, interesados en su experiencia y capacidad laboral “pero no he podido aceptar porque en un sitio me pidieron que enseñara la chorra y, como la tengo tirando a canija, dijeron que los clientes no la querrían”.
Como viene siendo normal, instituciones como la Iglesia, la ONCE o RENFE se han quedado por este tipo de operaciones. “Si un hombre nace feo, se tiene que morir feo” nos explican.
Pero eso a Francisco no le importa, que delante de nosotros se quita la ropa y aplica generosamente pomada a sus genitales. “Ahora soy feliz, ahora tengo una vida nueva”.
Nos marchamos de la casa, rechazando la mano que nos tiende Francisco de modo cordial, alegando que somos más de abrazos para obviar que lo acabamos de ver con esa mano untándole la chorra de pomada, a él parece no importarle y nos da palmaditas en la espalda que nos manchan la camisa de pomada.
Tendremos que tirar la camisa, pero al menos esta redacción ha tocado teta, que siempre es de agradecer.
Seguiremos informando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lector, puedes comentar, y no te preocupes si no tienes nada importante que decir, puedes insultar también o mandar amenazas... en Ex-Mundo, estamos acostumbrados.