Los hombres de Sirio le robaban los deberes.

Asesinato intergaláctico.

“Hay niños con imaginación impresionante”.

La profesora de la clase de lengua de 2ºA del colegio “Los malditos enanos” ha sido arrestada debido a un delito de incitación al homicio, aprovechando las mentes maleables de sus alumnos.

Y que la seño Lola todavía es incapaz de comprender lo que ha pasado para que acabe dando con sus huesos en una celda a la espera de su traslado a una prisión acorde a su categoría.

Esta historia comienza con una excusa, una excusa tan usual y corriente en la clase que la profesora no la tomó en consideración. “Yo he escuchado de todo, desde que el perro se ha comido los deberes a que un señor de la calle ha entrado en la casa y lo ha obligado a jugar a la consola, ignorando los deberes, si es que hay veces que los niños tienen una imaginación impresionante” nos explica uno de los compañeros de la seño Lola, muy indignado con la acusación a la pobre profesora.

En el juicio, la profesora dijo eso mismo, que los niños son una fuente inagotable de excusas, algunas más imaginativas que otras, pero todas ellas muy extrañas. “El problema llegó cuando uno de los alumnos me dijo, a la otra de entregar los deberes, que no los tenía porque se los había robado un extraterrestre de Sirio que, además, no le había dicho ni para qué los quería” nos relata la profesora

Ante este tipo de actuaciones, lo natural es ignorar al niño, bajarle la nota de trabajo y reprenderlo con un vigoroso “eso se lo cuentas a otro”.

Y así habría quedado todo de no ser porque el niño, Rodolfito Gurripañez, insistió en su obcecado deseo de culpar a extraterrestres de la desaparición de sus deberes, día tras día. “El niño me decía que no era culpa suya, que él se acostaba con los deberes terminados y de madrugaba, veía una luz muy fuerte y un grupo de extraterrestres que le robaba, nada más, los deberes de lengua”.

“Agarraba los deberes con manos frías y muertas”.

La profesora recomendó a los padres que llevase al pequeño Rodolfito a un psicólogo, “incluso llegué a hacer dibujos de gente muerta asegurando que eran del niño” nos cuenta la profesora. “Al final ya no sabía qué hacer, y, tras consultar el código deontológico del profesor de primaria, no me quedó más remedios que, cuando Rodolfito me dijo la consabida excusa, explicarle que si me traía a uno de esos extraterrestres, me lo creería”.

“Los niños tienen una forma muy sencilla de ver la vida, y cuando la profesora le dijo eso, lo estaba incitando, sin saberlo, a cometer un asesinato” nos explica el juez del caso.

Sin preocuparse en momento alguno por lo que estaba haciendo, Rodolfito cogió un cepo de cazar osos de su padre y le quitó la escopeta, que guardó convenientemente bajo la almohada.

Al día siguiente los compañeros de clase de Rodolfito vieron con espanto que, cuando la profesora le preguntaba por sus deberes y si había traído al extraterrestre, el niño sacaba de su mochila un ser de piel verdosa con marcas de cepo en las piernas, la cabeza destrozada por un disparo y en sus manos, frías y muertas, los deberes de lengua de Rodolfito todavía asidos en un tremendo rigor mortis.

La profesora ha sido condenada a veinte años por incitación al homicio, que es lo más parecido que hay a un asesinato intergaláctico. La NASA devolverá el cuerpo del viajero espacial finado a sus familiares con las disculpas formales de nuestro planeta.

“Les diremos que lo encontramos tirado por ahí, que seguro que lo mató un perro”.

Seguiremos informando.