Cosas de sexo.

No os imaginais cómo la palabra "sexo" sube el contador de visitas.

"Olisqueaba los zapatos como un perrete". 

Algunas personas disfrutan con algunos detalles, sobre todo en asuntos de cama. Desde luego esto no es un secreto, todo el mundo tiene unas preferencias o fetiches, como los que están obsesionados con los zapatos, los pies o las almohadillas para las hemorroides.

Un fetiche fue lo que estuvo a punto de costar la vida a Romera durante la noche de ayer, cuando, aprovechando el fin de semana, quiso hacer cositas con su pareja en una casa abandonada de las afueras.

“Si es que su novio siempre fue muy raro, el día que me lo presentó, en lugar de besarme la mejilla me quitó los zapatos, metió el hocico dentro y empezó a olisquear como un perrete” nos explica la madre de la joven.

“A ver, entiendo que hay que ser tolerante con este tipo de cosas, la gente tiene derecho a disfrutar a su manera, pero hay límites” nos explica un agente.

Romera está ingresada en el hospital de Nuestra señora de los cascotes, en Masdenverge con un cuadro clínico bastante grave. “Llegó con una grave crisis nerviosa y laceraciones de todo tipo, pero lo que de verdad la está matando es que con los recortes, ni siquiera le hemos podido poner un algodón” nos explica una enfermera.

Por su parte su novio ha sido ingresado en un hospital psiquiátrico porque, según los cánones de nuestra sociedad “tener la necesidad de robar una apisonadora y derribar con ella la pared de la habitación en la que te espera tu pareja completamente desnuda, para que te llegue la libido, es un problema”.

"Un calentón tonto lo tiene cualquiera". 

Efectivamente, Teodoro tiene un extraño fetichismo, y es que sólo se excita cuando roba una apisonadora y con ella derriba sobre su pareja desnuda un muro. Debido a los deseos de ambos jóvenes de mantener relaciones, el muchacho no se pudo contener y fue a robar una apisonadora.

“Es una clara discriminación, la gente como nosotros no está enferma, sólo necesitamos comprensión” nos explica el presidente de la asociación de gente con parafilias curiosas, quien se define a sí mismo como una persona que se excita cuando ve gordos comiendo caracoles.

“Bueno, es evidente que este jovencito ha tenido una pequeña necesidad y en su ímpetu por satisfacerla ha recurrido al robo debido a la falta de medios e incomprensión por estas personas” nos explica un médico.

Han salido a la calle en apoyo a este muchacho montones de personas de la asociación de gente con parafilias raras, incluso personas que se excitan sexualmente cuando están en una manifestación. “La cosa ha terminado mal, tuvimos que echarles agua fría con la manguera”.

Por el momento, del modo que sea, el pobre Teodoro seguirá encerrado mientras se aclara todo este asunto.

“Esperamos que el pobre chico salga libre, si es que no ha hecho nada, no ha matado a nadie ni ha roto la máquina, total, un calentón tonto lo tiene cualquiera” nos explica uno de los agentes del caso.

Seguiremos informando.