Problemas en el aeropuerto.

Made in spain.

"Hay que apaciguar". 

Los mercados, esas criaturas que nos recuerdan en tantos aspectos al coco, porque en el fondo no existen pero siempre intentan acojonarnos. Es cierto, sólo hay leyendas urbanas sobre niños secuestrados por los mercados, sin embargo se les da todo lo que quieren como al típico niño con sobrepeso al que todos odiamos pero no le clavamos un destornillador en el ojo porque es el hijo del jefe, y ya se sabe cómo son los jefes con sus hijos, “que si me lo has manchado” “Lo has atropellado” “Has abusado de él”…

España ha vuelto a hacer su típica ofrenda para calmar la ira de los mercados, Zapatero en persona ha subido al Monte del Destino con su daga ritual para abrir el pecho a catorce vírgenes y un señor con el culito respingón (según el propio zapatero) para ofrecer el peso de sus corazones en billetes de 500€ a los mercados. “Hay que apaciguarlos”, declara la Merkel, contenta ante la sumisión.

Pero claro, esto de pagar a los mercados para que no lloren y nos despierten en medio de la madrugada tiene efectos secundarios, y si no que se lo digan a los que esperaban llegar al aeropuerto de El Prat, que se vieron inmersos en una terrible lucha por la supervivencia al más puro estilo de la selva. “Habíamos salido del aeropuerto de Jerez de la frontera, llevábamos ya una hora en el avión y nos dijeron que nos retrasaríamos, la mitad de los usuarios del servicio lo vimos claros, nos lanzamos como una jauría contra el resto para comer” nos cuenta un superviviente.

La mezcla del elevado precio de la comida en los aviones y la sensación de apetito en una persona sobrealimentada, desencadenó la terrible tragedia. Pero, como diría Mourinho, “¿Por qué?”.

“La verdad es que no teníamos dinero para pagar a la compañía de la electricidad, y claro, nos cortaron el suministro cuando les salió de los cojones” nos explican operarios del aeropuerto.

Efectivamente, las luces de la pista se apagaron y los pilotos no podían identificar las pistas a tomar. Las decisiones tuvieron que ser rápidas. “Pasamos media hora pensando en qué hacer, al final mandamos a unos becarios con linternas para indicar las pistas”.

"Le gustaba correr en pelotas".

Por suerte la mayor parte de los vuelos pudieron tomar tierra a lo largo de la noche gracias al grupo de becarios, el gobierno catalán ha decidido que es más barato comprar baterías y recargarlas con una manivela no piensan pagar la factura de la luz.

Pero el verdadero damnificado en todo esto fue Rodolfo, un antiguo empleado del aeropuerto de Reus despedido tras el cierre del nombrado aeropuerto. Desde el cierre definitivo en Reus, Rodolfo iba cada noche a la pista del aeropuerto, concretamente a la pista número tres.

“Según parece, Rodolfo adquirió la costumbre que desnudarse, correr por la pista en pelotas y tirarse luego en medio de la pista para descansar, mirando las estrellas”.

Una pequeña costumbre, una afición que llevaba dentro, “una llamada de su lado salvaje, han mencionado los abogados de su acusación particular” nos explican los agentes. Sea como fuere, Rodolfo estaba tumbado en medio de la pista, en el aeropuerto de Reus. “Es un aeropuerto caro, que hemos pagado entre todos los españoles y no me gustaba verlo cerrado, por eso aprovechaba la pista” nos cuenta desde su cama del hospital. “Acababa de dar tres vueltas a la pista desnudo, y claro, me tumbé para recobrar el aliento cuando vi unas luces. Al principio pensé que estaba soñando, pero cuando se encendieron las luces de la pista y me vi los aviones que se me venían encima, me acojoné”.

Por suerte para él, logró apartarse a tiempo de la trayectoria de uno de los aviones desviados desde El Prat. Desafortunadamente, el fuerte viento provocado por el propio avión al pasar a su lado le provocó un constipado que ha ido a peor. “Ahora tiene un constipado galopante multiforme, no sabemos si sobrevivirá, pero la chorra se le quedó arrugadita” nos explica su médico.

Seguiremos informando.