El asesino es detenido.

Sucedió en Bornos.

"Era una persona de lo más normal".

Recorría las calles de Bornos desde hace una buena temporada, avanzando en medio de la oscuridad para hacer… bueno, lo que esta clase de gente suele hacer. El asesino del bocadillo de chopped pork, como lo llaman cariñosamente los lugareños, se ha cobrado ya aproximadamente 50 víctimas “habrá una más si los estudios al cadáver encontrado ayer dictaminan que lo que tienen alrededor de la herida, son migajas de pan” nos explica la guardia civil.

En Bornos la noticia ha calado hondo, montones de personas se han pasado por delante de la casa de Faustino Gaitez, cuyo nombre decimos porque en estos pueblos sólo se conoce a la gente por el mote.

“A mí siempre me pareció una persona de lo más normal, gritaba a los niños, pinchaba pelotas, amenazaba a los vecinos con un cuchillo jamonero… vamos, lo que viene siendo una persona normal y corriente. No me lo esperaba cuando ayer entraron a su casa, al asalto, los agentes”.

Al asalto, lo que se dice al asalto, no es que entrasen. Gracias a los recortes de Zapatero no pudieron alquilar el ariete, así que pasaron quince minutos llamando a la puerta y explicando que si no abrían… no había más remedio que seguir insistiendo.

“Policía, abra la puerta o seguiremos llamando” repetían a gritos en la misma puerta según numerosos testigos.

“Yo estaba nerviosa, no dejaba de ver cómo los agentes llamaban una y otra vez, me agarraba al carro de la compra, esperando que no hubiese un tiroteo” cuenta una maruja local.

Al final, Faustino abrió la puerta de su casa, según sus palabras ante el juez “Tuve que abrir, porque no dejaban de llamar al timbre y la luz está carísima”.

"Tuvimos que reducirlo con berenjenas".

Pese a todo, el reo no se entregó por las buenas. “Llevaba en las manos un bocadillo de chopped a medio comer, probablemente el mismo con el que segó vidas días atrás”.

Ante la amenaza del arma, los agentes tuvieron que reducir a Faustino, que logró herir a dos agentes antes de ser arrestado. “Gracias a los recortes de Zapatero, las pasamos putas. Pistola, llevar, llevamos, pero son de estas de agua. Porras… como está la cosa tan mala, tuvimos que apañarnos con berenjenas”.

Según el informe policial, el reo declaró que “mataba por puro deseo, porque pensaba que así estaba cumpliendo los designios de su dios, un elefante rosa que se hace llamar Spanky, del que no hemos encontrado pruebas en su casa pero parecía visitarlo a menudo. Nos explicó que, como estaba en paro, lo único que tenía para llevar a cabo los asesinatos era una rebanada de pan a medio comer, pero como era muy soso, le puso chopped en medio para darle consistencia” cuenta uno de los agentes.

Gracias al cielo que todo ha salido bien, ahora Faustino irá a la cárcel, donde estudiará y se formará, probablemente cuando salga, y tenga derecho a paro, pueda comprarse una pistola de verdad. “No hará falta, en el pueblo estamos ansiosos por que vuelva este vecino que ha hecho famosa a la localidad, el ayuntamiento le regalará una beretta de 9 mm. Para que pueda matar a placer de manera más digna.

Seguiremos informando.