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lunes, 25 de julio de 2011

El incendio de la peluquería.

Y yo con estos pelos...

"El tratamiento era fuerte, pero eficaz". 

La tarde de ayer fue bastante laboriosa para los equipos de bomberos, policía y forenses de Alcornocal, en cuyas calles tuvo lugar un terrible y absurdo incendio. Los sucesos no están claros del todo, desde luego, pero las víctimas se cuentan a… bueno, se cuenta una, la dueña del local que empezó a arder, que ha perdido su trabajo.
Peluquería La pelos, local de renombre entre las mujeres que tenían que acudir a bodas, bautizos y sesiones de boys, ardió hasta los cimientos debido, supuestamente, a que la dueña del local, Rocío la pelos, como la apodaban en el pueblo “porque es una mezcla entre Lady Gaga y un florero…, bueno, como la Lady Gaga”, ha patentado un nuevo sistema de depilación en su centro.
“La verdad es que, a pesar de que no tiene gusto, sabe hacer unos peinados la mar de buenos, y las patatas fritas también le quedan bien, claro está. Lo de la depilación lo metió como curiosidad, y a mí me han quedado las piernas la mar de bonicas, y eso que antes hasta podía esconderse una familia de ratones en ellas”.
El problema fue que, aunque la pelos, nombre artístico y apodo de Rocío, diseñó un cómodo sistema que hacía desaparecer todo el pelo del cuerpo, no lo dominaba tanto como creía.
“Yo me hice la depilación completa en el establecimiento horas antes del incendio, el tratamiento en muy fuerte, pero eficaz. De tal poder que tiene el tratamiento, se aseguró de aislar nuestra cabeza del resto del cuerpo”.
El tratamiento consistía en colocar al cliente en una silla de metal, cerrar la cabeza aparte del cuerpo ajustando bien al cuello. “Dependiendo de si querían en tratamiento también en la zona púbica o no, se aísla la zona o no”.
Cuando el paciente está preparado, La pelos, preparada para el proceso con la ropa adecuada, vierte varios barriles de queroseno sobre los cuerpos de sus clientes y, acto seguido, prende fuego. “Las llamaradas dejan todo el pelo del cuerpo incinerado del todo, luego un pequeño tratamiento para calmar las molestias, una ducha para el olor y un poco de pomada para evitar la sequedad y listo, depilación al momento y sin tener que dejar un pastón”.

"Hubo saqueadores entre las llamas".

“La peluquería estaba preparada para cualquier eventualidad, desde luego el sistema entrañaba sus riesgos, pero es que mi esposo, que en ese momento me ayudaba con el tratamiento de una clienta, tuvo un problema al cumplir con su cometido y armó la gorda”.
Efectivamente, Ruperciano Gómez, mutilado de guerra, un soldado español que hace poco perdió un brazo en Libia durante los enfrentamientos. “No, no fue una bomba, ni un accidente de jeep ni un libio cabreado, es que estábamos en la base viendo Corazón Salvaje y aproveché para cortarme las uñas. Como estaba distraído, no me di cuenta y, al terminar el episodio, descubrí que me había cortado las uñas hasta la altura del hombro, menos mal que me di cuenta”.
A falta de uno de sus brazos en nombre de la patria, el pobre hombre tuvo un problema y se le resbaló el mechero antes de tiempo, las llamas cobraron gran intensidad y la clienta, envuelta en llamas, tuvo que salir corriendo del establecimiento.
“La Pepa ardió durante horas, pero es normal, esa mujer está obsesionada con la dieta, y como come tanto bajo en grasas, ardió lentamente. Por suerte, los bomberos pudieron apagarla antes de que se consumiera del todo”.
Los bomberos pudieron salvar muy poco del local, el fuego alcanzó los productos y el queroseno de reserva, la peluquería ardió largo rato hasta que los bomberos lograron apagarlo. “Debido a los recortes del gobierno, hemos tenido que usar mantas para ahogar el fuego, porque ya ni para espuma nos dan”.
Como colofón final, los curiosos que vieron arder el local, descubrieron cómo varios señores, identificados como políticos locales, se enfrentaban repetidas veces a las llamas para sacar objetos de valor que han desaparecido. “El alcalde y sus concejales, que esos todo lo que brilla… peor que los cuervos”.
Ya se sabe, las ratas son las últimas en abandonar el lugar de los hechos.
Seguiremos informando.

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